martes, 26 de febrero de 2013

INSEGURIDADES EN DONACIÓN DE ORGANOS


Las principales causas de miedos e inseguridades a la hora de considerar la posibilidad de donar los órganos, son generalmente la resultante de la falta de educación e información acerca de esta temática que nos involucra a todos.  ¿Quién puede ser donante de órganos? Sencillamente, todo aquel que generosamente quiera donar en vida, a aquellos que aguardan un  trasplante como única y última posibilidad de vida.


“No quiero que se mutile mi cuerpo”. El cuerpo es tratado con gran respeto y dignidad. Los órganos donados se obtienen con todos los cuidados de una operación quirúrgica de rutina. 

“Puedo querer donar un órgano, pero no todos”. La persona puede especificar que órganos quiere donar. En todos los casos se respetarán sus deseos. 

“Si saben que quiero ser donante, los doctores no tratarán de preservar mi vida”. El equipo médico que lo trate en vida, no es el mismo que el grupo médico de ablación de órganos. Los profesionales de la salud harán todos los esfuerzos por salvar su vida. Solamente después de agotar todas las posibilidades, y luego de ser declarado fallecido, se considerará la donación.

“Debo pagar para realizar la donación”. La donación de órganos es un acto de amor solidario. Nadie puede percibir compensación económica por ello así como tampoco nadie podrá exigir pago alguno por el órgano trasplantado.

“Los ricos y famosos avanzan en la lista de espera mientras que los demás deben aguardar más tiempo”. La posición en la lista de espera no tiene en consideración factores como la etnia, edad, ingresos y clase social. Por el contrario, es imprescindible el tipo sanguíneo, la urgencia médica, la ubicación geográfica, el tamaño del órgano y la compatibilidad de los tejidos.
 
 “Tráfico de órganos”. se exige que tres médicos firmen el acta de defunción tras haber certificado dos veces y con un intervalo de seis horas todas las exploraciones necesarias para confirmar el fallecimiento de la persona. Por otra parte, la complejidad, y el gran número de profesionales necesarios en un operativo de trasplante, como así también la necesidad de compatibilidad entre donante y receptor, hacen imposible concebir el tráfico de órganos

Como resultado, los trasplantes son altamente satisfactorios. Permiten restituir al individuo a la sociedad como un ser productivo tanto física como intelectualmente. En palabras del Dr. Horacio Aziz, Presidente de la Fundación Argentina de Trasplante Hepático: “Es mucho más factible que nosotros, o un ser querido integremos en el futuro una lista de espera para ser trasplantados, a que tengamos la oportunidad de donar nuestros órganos al finalizar nuestra vida. La donación de órganos es un acto de amor, una apuesta a la vida.”

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