Las principales causas de miedos e inseguridades a la hora de considerar la
posibilidad de donar los órganos, son generalmente la resultante de la falta de
educación e información acerca de esta temática que nos involucra a todos.
¿Quién puede ser donante de órganos? Sencillamente, todo aquel que
generosamente quiera donar en vida, a aquellos que aguardan un trasplante
como única y última posibilidad de vida.
“No quiero que se mutile mi cuerpo”. El cuerpo es tratado con gran respeto
y dignidad. Los órganos donados se obtienen con todos los cuidados de una
operación quirúrgica de rutina.
“Puedo querer donar un órgano, pero no todos”. La persona puede especificar
que órganos quiere donar. En todos los casos se respetarán sus deseos.
“Si saben que quiero ser donante, los doctores no tratarán de preservar mi
vida”. El equipo médico que lo trate en vida, no es el mismo que el grupo
médico de ablación de órganos. Los profesionales de la salud harán todos los
esfuerzos por salvar su vida. Solamente después de agotar todas las
posibilidades, y luego de ser declarado fallecido, se considerará la donación.
“Debo pagar para realizar la donación”. La donación de órganos es un acto
de amor solidario. Nadie puede percibir compensación económica por ello así
como tampoco nadie podrá exigir pago alguno por el órgano trasplantado.
“Los ricos y famosos avanzan en la lista de espera mientras que los demás
deben aguardar más tiempo”. La posición en la lista de espera no tiene en
consideración factores como la etnia, edad, ingresos y clase social. Por el
contrario, es imprescindible el tipo sanguíneo, la urgencia médica, la
ubicación geográfica, el tamaño del órgano y la compatibilidad de los tejidos.
“Tráfico de órganos”. se exige que tres médicos firmen el acta de
defunción tras haber certificado dos veces y con un intervalo de seis horas
todas las exploraciones necesarias para confirmar el fallecimiento de la persona.
Por otra parte, la complejidad, y el gran número de profesionales necesarios en
un operativo de trasplante, como así también la necesidad de compatibilidad
entre donante y receptor, hacen imposible concebir el tráfico de órganos
Como resultado, los trasplantes son altamente satisfactorios. Permiten
restituir al individuo a la sociedad como un ser productivo tanto física como
intelectualmente. En palabras del Dr. Horacio Aziz, Presidente de la Fundación
Argentina de Trasplante Hepático: “Es mucho más factible que nosotros, o un ser
querido integremos en el futuro una lista de espera para ser trasplantados, a
que tengamos la oportunidad de donar nuestros órganos al finalizar nuestra
vida. La donación de órganos es un acto de amor, una apuesta a la vida.”
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